¿Cómo armonizar tu sistema inmune en tiempos de COVID-19?

A día de hoy, seguimos enfrentándonos a la crisis mundial provocada por el coronavirus, no tenemos en nuestras manos, de momento, una vacuna o tratamiento para hacerle frente y controlarlo. Con lo que si contamos, es con nuestro sistema inmune, nuestro fiel defensor ante agresores externos, este guardián vela por nuestra seguridad y cuanto mejor preparado esté, mucho mejor. En este caso no quiero referirme a potenciar este sistema, ya que su respuesta exagerada también tiene sus graves consecuencias, se trata de orquestar y armonizar de la mejor manera al sistema inmune para que su respuesta sea apropiada.
La modificación de nuestros hábitos durante el confinamiento, ha supuesto muchos cambios en diversos aspectos, incluidos los que tiene que ver con la salud corporal y mental. Es por esto que he querido escribir unas palabras al respecto con algunas pautas a seguir para mejor la salud. 
El sistema inmune, está influenciado directa e indirectamente con múltiples factores, entre los que están: la genética, la dieta, la actividad física, el sueño, el medio ambiente, los ritmos biológicos, el microbioma y el estrés. De acuerdo a como tengamos todos estos parámetros, el sistema inmune funcionará de una forma u otra. 


La dieta
En términos generales, una malnutrición proteico-calórica por defecto como por exceso, puede llevar a diversos cambios no favorables a nivel fisiológico metabólico e inmunológico.
La alimentación es un aspecto muy importante y es un buen momento para cambiar el chip que nos han impuesto con la comida precocinada para comer comida real.
El consumo de frutas y verduras es indispensable, gracias al aporte nutricional que tienen y cuanto más frescas y de temporada sean, mucho mejor.
La hidratación, es sin duda fundamental, tenemos que garantizar la ingesta de agua, incluso aunque no tengamos sed. Te recomiendo evitar las bebidas azucaradas y dar preferencia al consumo de la fruta entera, ya que aporta hidratación, fibra y micronutrientes muy valiosos.
Recuerda un aporte adecuado de macronutrientes con una dieta en donde predominen los hidratos de carbono complejos, ácidos grasos monoinsaturados, el consumo de fibra y disminuir la ingesta de grasas saturadas, azúcares y sal.

Suplementos nutricionales

Si bien es cierto que no se ha demostrado que las vitaminas y minerales ayuden específicamente a protegernos del COVID, si sabemos que ciertos suplementos, tienen propiedades que fortalecen el sistema inmune.

-Zinc: su déficit altera la diferenciación de los linfocitos en sus diferentes subpoblaciones, además, es el encargado de regular la síntesis de proteínas, queratina y colágeno y tiene un efecto modulador en el sistema inmune.

- Magnesio: importante en la regulación enzimática, modula la capacidad de presentación de antígenos, su déficit dificultad la función del sistema inmune y aumenta la predisposición a infecciones.

-Vitamina D: tiene varios mecanismos para disminuir el riesgo de infecciones, sobre todo las del tracto respiratorio superior y lo hace induciendo la producción de proteínas antimicrobianas en los macrófagos, reduciendo la supervivencia viral y disminuyendo las tasas de replicación. También actúa en la disminución de la tormenta de citoquinas que causa inflamación y daño al revestimiento de los pulmones que provocan neumonía y síndrome de dificultad respiratoria aguda, causa importante de muerte asociada al COVID-19.
La vitamina D es fundamental para la activación de macrófagos, linfocitos B y T que conducen a una modulación del sistema inmune a través del buen funcionamiento de estas células.
Es recomendable tenerlo en cuenta y que consultes con un especialista, tanto si eres una persona de riesgo o no, para valorar la toma de vitamina D según las circunstancias individuales de cada paciente.

En definitiva, el sistema necesita para su integridad y adecuada funcionalidad múltiples micronutrientes (vitamina A, B6, B12, C, D, E, ácido fólico, zinc, cobre, hierro, selenio). Los micronutrientes con más evidencia científica para apoyar al sistema inmune son la Vitamina C, D y el zinc.

Microbioma: La mucosa intestinal contiene un gran número de células inmunes, por esto es razonable considerar que el intestino sea uno de las principales rutas de invasión de microorganismos patógenos nocivos. Más de 40 billones de microbios habitan en nuestro intestino y, generan una gran variedad de metabolitos que influyen directamente en la salud, al modular el sistema inmune y el metabolismo. Diversos estudios destacan que la disbiosis (microbiota intestinal desorganizada) está implicada en el desarrollo de una amplia variedad de enfermedades, esta disbiosis está causada por nuestros hábitos y no solo por una mala alimentación o el consumo de antibióticos, sino por una alteración en la permeabilidad en la barreara intestinal, haciendo que exista un sistema inmune disfuncional. Es por esto que los probióticos es una estrategia a tener en cuenta para promover un sistema inmune saludable.

Ejercicio
Existe una relación estrecha entre el sistema inmune y la actividad física regular, las concentraciones de células encargadas de la inmunidad se incrementan durante la práctica del ejercicio y se prolonga incluso después de realizarlo. Es importante que su ejecución sea por un periodo sostenido, a una frecuencia e intensidad adecuada para que todas las funciones orgánicas tengan un adecuado funcionamiento. Así que anímate a practicarlo y se constante.


Ritmos biológicos
La mayoría de funciones biológicas no son constantes, tienen una variabilidad de periodos de máxima actividad y baja actividad, estas pueden ser diarias, mensuales, estacionales o anuales. El conocido ritmo circadiano, es el más estudiado y tiene una duración que se aproxima a las 24 horas y es indispensable para mantener un sistema inmune fuerte, ya que este tiene un ritmo que cambia acorde a la fase de actividad o reposo de nuestra especie. Por lo tanto, tener constancia con nuestros patrones alimentarios y de sueño son fundamentales para evitar la descompensación de nuestro sistema de defensas. 


Estrés
Por último, pero no el menos importante. Este es sin duda, multifactorial y muy común en la vida humana, tanto así, que actúa como modulador importante de la enfermedad. Diversos estudios han demostrado que el estrés suprime el sistema inmune disminuyendo la actividad de diversas células involucradas en su respuesta y aunque no lo creas, tu respuesta inmunológica varía de una forma considerable si lo afrontas con negatividad, ansiedad, angustia y tristeza.
En resumen, podemos potenciar nuestro sistema inmune con una adecuada alimentación, actividad física, manteniendo un microbioma adecuado, respetando los biorritmos, disminuyendo el negativismo y estados de estrés, también ayudarnos con la ingesta de suplementos nutricionales prescritos previa valoración con un especialista y unos hábitos de vida correctos para lograr ese equilibrio que mantendrá nuestro sistema inmune saludable y poder hacer frente a diversos patógenos con todas sus herramientas. 

2 Comentarios

  • avatar-image
    Hace 1 hora

    admdia9

    Millones de gracias por tu comentario, espero que haya sido de utilidad.

  • avatar-image
    Hace 14 horas

    Luisa

    Gracias por este artículo tan interesante y apropiado!

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